La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y cubre toda su superficie. En un adulto en promedio la superficie de la piel tiene 2m2 y representa alrededor del 15% del peso corporal promedio de un adulto. Las funciones de la piel son múltiples las que incluyen protección contra agentes externos físicos, químicos y biológicos, previene la pérdida excesiva de agua y participa en los procesos de termorregulación5. La piel es continua con las membranas mucosas que revisten el cuerpo (Kanitakis J. 2012).
La piel esta compuesta de tres capas: la epidermis, la dermis, y tejido subcutáneo (Kanitakis, 2002). La capa más externa, la epidermis está conformada por 5 estratos: basal o germinativo (en contacto con la dermis), estrato espinoso, estrato granuloso, estrato lúcido y estrato córneo.
En la epidermis existen dos tipos de células: los queratinocitos (son las células más abundantes) cuya función es la síntesis de queratina y las células dendríticas.
La capa intermedia es la dermis cuyas células principales son los fibroblastos responsables de la síntesis de colágeno. La dermis yace sobre el tejido subcutáneo o panículo adiposo cuyas células se denominan lipocitos.
El espesor de estas capas varía considerablemente de acuerdo a la localización anatómica, por ejemplo en los párpados la epidermis sólo tiene 0.1mm, mientras que las palmas de las manos y la planta de los pies la epidermis es más gruesa. La dermis es más gruesa en la espalda donde es 30 a 40 veces más gruesa que la epidermis subyacente (James, Berger, & Elston, 2006).
En general el espesor promedio de la dermis fluctúa entre 0.6-3.0 mm. La dermis está formada por 2 capas bien diferenciadas: La dermis papilar (superficial) y la dermis reticular (profunda). Los fibroblastos son responsables además de sintetizar elastina y proteoglicanos. También en la dermis se encuentran los macrófagos y mastocitos responsables de la respuesta inmune. La dermis cuenta con su sistema vascular propio para nutrir a la epidermis que carece de vascularización propia. Aquí también se alojan los receptores para el tacto, presión, dolor y temperatura actuando como soporte para las glándulas sebáceas, glándulas sudoríparas y folículos pilosos. La hipodermis está formada por tejido conectivo y tejido graso suelto. Su espesor depende de la localización anatómica. Puede ir desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros. Juega un papel muy importante en el aislamiento térmico del cuerpo, sirve como almacén de energía, ayuda a proteger de golpes externos y las hebras continuas de fibras elásticas anclan la dermis a las estructuras subyacentes.
Referencias
- Kolarsick P, Kolarsick M, Goodwin C. Anatomy and Physiology of the Skin.
- Journal of the Dermatology Nurses’ Association: July-August 2011 – Volume 3 – Issue 4 – p 203-213
- doi: 10.1097/JDN.0b013e3182274a98
- https://journals.lww.com/jdnaonline/fulltext/2011/07000/Anatomy_and_Physiology_of_the_Skin.3.aspx
CAMBIOS QUE EXPERIMENTA LA PIEL CON EL ENVEJECIMIENTO
El proceso normal de envejecimiento causa cambios que la hacen más frágil y sensible por lo tanto más vulnerable a sufrir lesiones. Dentro de éstos cambios podemos mencionar:
- Adelgazamiento y aplanamiento de la epidermis
- Pérdida de colágeno y elastina
- Atrofia y contracción de la dermis (causando la aparición de arrugas y pliegues)
- Disminución de la actividad de las glándulas sudoríparas y sebáceas causando deshidratación de la piel (piel seca)
- Adelgazamiento de vasos sanguíneos y reducción del flujo sanguíneo a las extremidades
LA PIEL DEL RECIÉN NACIDO
La falta de conocimientos puede potencialmente incrementar el riesgo de skin tears en la población pediátrica. Lamentablemente, existe escasa literatura al respecto. Baharestani reporta que todo niño está en riesgo de desarrollar Skin Tears hasta la edad de tres años. A esa edad el estrato córneo se encuentra maduro. Después de esa edad, el riesgo de desarrollar ésta lesiones es semejante l del adulto.
El recién nacido de término posee un estrato córneo subdesarrollado. Esto conlleva a una mayor pérdida de agua y calor (pérdida transdérmica de agua).
La dermis está todavía en desarrollo ya que un recién nacido de término solo tiene el 60% del grosor de la piel del adulto (Irving et al 2006). La unión dermo-epidérmica es débil por lo que hay inestabilidad dérmica y una menor producción de colágeno por parte de los fibroblastos. Debido a esto el recién nacido tiene un alto riesgo de contraer infecciones, intoxicaciones y lesiones de la piel.
Por otro lado, la piel del neonato es sensible a los cambios de pH. El mantenimiento del pH fisiológico es crucial para mantener la función de barrera del estrato córneo. El pH de la piel del neonato es alcalino (6.34). A los 4 días después del nacimiento se torna ácido descendiendo a 4.95. Pero el baño y otros cuidados alteran el pH alcalinizándolo. La piel se tarda alrededor de una hora o más en regenerar el manto ácido después del baño con jabón alcalino. Entonces podemos concluir que prácticas de autocuidado como el baño, lubricación, desinfección de piel y retiro de apósitos alteran la función de barrera del estrato córneo por lo que hay alto riesgo de lesiones y trauma.
Es sabido que la piel del recién nacido de pre-término tiene un estrato córneo mínimo y crestas epiteliales atenuadas dándole a la piel una apariencia roja, arrugada, translúcida y gelatinosa. También tienen menos tejido subcutáneo lo que significa que la dermis se encuentra adherida directamente al músculo.
En el recién nacido de pre-término la barrera de la piel se encuentra totalmente comprometida, lo que resulta en un incremento de la pérdida transdérmica de agua con una disminución concomitante de fluidos y calor así como un incremento en la susceptibilidad a contraer infecciones.
El manejo del recién nacido de pre-término puede ocasionar lesiones de la piel debido a la extrema fragilidad que ésta presenta. El régimen terapéutico intensivo al que están sometidos éstos pacientes requiere del uso de dispositivos médicos que deben ser instalados (adheridos) y frecuentemente retirados.
Como fue señalado anteriormente, el tejido subcutáneo está subdesarrollado por lo que la dermis yace directamente sobre el músculo. Debido al escaso tejido subcutáneo, éste tipo de paciente está en alto riesgo de lesiones por retiro de adhesivos (lesiones cutáneas relacionadas al adhesivo clínico-médico). El retiro de adhesivos ocasiona pérdida de capas del estrato córneo reduciéndose paulatinamente su función de barrera, lo que compromete el balance de hídrico y se incrementa la permeabilidad de la piel, lo que ocasiona lo mencionado anteriormente: alto riesgo de toxicidad, irritación química e infecciones.