De acuerdo al panel de expertos de EPUAP y NPUAP el siguiente bundle de prevención de UPP ha demostrado ser efectivo en la disminución de la incidencia de ésta patología. En Chile, varios hospitales de la red pública y clínicas privadas han establecido una alianza estratégica con las Enfermeras de Ontario Canadá, por lo que están implementando las guías clínicas de prevención de LPP de la RNAO. Como mencioné anteriormente, la valoración del riesgo y de los factores de riesgo corresponde a la primera medida de prevención seguida de las siguientes estrategias:
Las estrategias de prevención se clasifican también en estrategias universales y de acuerdo al riesgo valorado
Medidas preventivas universales
- Valoración del riesgo de LPP
- Valorar estado de la piel cada 24 horas (humedad, hidratación, existencia de LPP previas y otros)
- Mantener ropa de cama limpia, seca y sin arrugas
- Realizar cambios posturales (cada 4 horas, cada 2 horas y/o SOS)
- Educación al paciente y familiar sobre las medidas planificadas incorporándolo en su autocuidado.
Valoración del riesgo y de los factores de riesgo:
Aplicación de escalas de valoración más juicio clínico. En pacientes críticos también considerar factores de riesgo que no están incluidos en las escalas clásicas de valoración como: uso de drogas vasoactivas, conexión a ventilación mecánica y múltiples dispositivos médicos que ejercen presión, fricción y conducen a la formación de un microclima bajo el dispositivo.
La frecuencia de valoración del riesgo de LPP será:
- Al ingreso del paciente a las diferentes Unidades del Hospital
- A diario durante el turno de noche, posterior a las 24 horas con la finalidad de entregar al turno entrante al paciente valorado, clasificado y con la indicación de las medidas preventivas correspondientes a su riesgo.
- Cuando existan cambios en el estado de salud o condición general del paciente
- Al ingreso a pabellón de acuerdo a tabla de valoración del riesgo de úlceras por presión específica del área de pabellón.
Consideraciones especiales en la valoración del riesgo
Todo paciente que ingresa con LPP pre existente igual o mayor a estadio II a nuestra institución, independiente del grupo etario, será valorado por defecto como ALTO RIESGO de lesión por presión y se deberán aplicar las medidas de acuerdo a riesgo valorado.
Todo paciente quirúrgico que ingresa a Unidad de Pabellón debe tener aplicada la escala de valoración de riesgo de Lesión por Presión (Braden) y de acuerdo a esta, cruzarla con tiempo quirúrgico, para definir medidas preventivas a aplicar durante intervención quirúrgica.
Valoración y cuidados de la piel
- Asegurar que la valoración DIARIA de la piel forma parte del protocolo de prevención en todos los servicios clínicos
- Valorar la piel bajo y alrededor de dispositivos médicos
- Educar al personal de salud en como realizar el examen de la piel, incluidas técnicas para identificar la respuesta al blanqueamiento, calor localizado, edema e induración.
- Realizar la valoración del riesgo al ingreso del paciente o antes de las 8 horas después del ingreso, cuando cambie la condición clínica del paciente, al trasladar al paciente u antes del alta.
- Documentar los hallazgos de la valoración en ficha clínica
- Inspeccionar la piel en búsqueda de eritema y diferenciar la causa del eritema (por ejemplo. Lesión por humedad)
- Usar el método del dedo o del disco transparente a fin de valorar si el eritema es blanqueable o no blanqueable
- Valoración con el dedo: un dedo se presiona contra el eritema por tres segundos y se valora el blanqueamiento al retirar el dedo.
- Método del disco transparente: un disco transparente es utilizado para aplicar presión sobre un área de eritema y el blanqueamiento puede ser observado bajo el disco durate su aplicación.
- Incluir los siguientes factores en cada valoración de la piel (aplicable en personas de piel oscura donde no es fácil determinar la presencia de eritema)
- Temperatura
- Edema
- Cambios en la consistencia de la piel en la prominencia ósea en relación al tejido circundante
- Dolor localizado sobre la prominencia ósea o en el tejido circundante
- Inspeccionar la piel bajo y alrededor de dispositivos médicos al menos dos veces al día y con mayor frecuencia en pacientes con edema.
- Evitar posicionar al paciente sobre prominencias óseas eritematosas
- Mantener piel limpia y seca (utilizar limpiadores de piel pH neutro)
- No masajear intensamente piel en riesgo de UPP
- Proteger la piel de la humedad con películas de barrera de silicona
- Aplicar en las prominencias óseas ácidos grasos hiperoxigenados (emolientes) en cada cambio de posición. Utilizar relojes posturales para facilitar la supervisión de los cambios de posición.
Cuidados de la piel
Objetivo: Mantener una piel intacta en el paciente
Cuidados:
- Aseo general cada 24 horas y parcial cuando se precise. Lavar la piel con agua tibia, aclarar y realizar un secado meticuloso sin fricción.
- Utilizar jabones o sustancias limpiadoras con potencial irritativo bajo (pH neutro)
- Mantener la piel del paciente en todo momento limpia y seca. Vigilar incontinencias, sudoración excesiva o exudados que provoquen humedad.
- Examinar el estado de la piel a diario, (durante el aseo, cambios posturales, etc.) buscando sobre todo en los puntos de apoyo, áreas enrojecidas o induraciones.
- Registrar el estado de la piel (estado de hidratación, eritemas, maceraciones, fragilidad, calor, induración, lesiones)
- No utilizar sobre la piel ningún tipo de alcohol sobre la piel
- Aplicar ácidos grasos hiperoxigenados, procurando su completa absorción con un masaje suave.
- Valore la posibilidad de utilizar ácidos grasos hiperoxigenados en las zonas de riesgo de desarrollo de ulceras por presión, cuya piel esté intacta.
- No frotar o masajear excesivamente sobre las prominencias óseas por riesgo de traumatismo capilar.
- Evitar la formación de arrugas en las sábanas de la cama.
- Para reducir las posibles lesiones por fricción o presión en las zonas más susceptibles de ulceración como son el sacro, los talones, los codos y los trocánteres, proteger las prominencias óseas aplicando un apósito de espuma de poliuretano o apósitos de espuma con silicona, productos barrera de silicona en spray y taloneras con velcro.
Efectividad de los ácidos grasos hiperoxigenados en la prevención de lesiones por presión
La aplicación de ácidos grasos hiperoxigenados (AGHO) en las prominencias óseas sometidas a presión cuenta con nivel de evidencia alta. Esto quiere decir que estudios clínicos controlados han demostrado la efectividad de los AGHO en la mejora de la elasticidad y resistencia de la piel para evitar o retrasar la aparición de éstas lesiones. También se ha demostrado que contribuyen con el tratamiento de la lesión por presión estadio 1, evitando que la úlcera en un estado precoz avance a estadios más graves. También han probado ser eficaces para manejar la piel perilesional de pacientes portadores de heridas crónicas (úlceras vasculares y pie diabético). Sus indicaciones de uso han ido más allá del campo de las heridas crónicas, siendo aplicados también en quemaduras en fase de epitelización o sobre cicatrices para promover la maduración de esa cicatriz y evitar las recidivas. También han probado ser efectivos en la prevención de la dermatitis asociada a incontinencia y otras lesiones por humedad, así como la prevención de skin tears y lesiones asociadas a adhesivos médicos.
Los ácidos grasos son moléculas de naturaleza lipídica, que no son sintetizados por el organismo por lo que se denominan ácidos grasos esenciales. Estos deben ser incorporados a través de la dieta.
Cumplen funciones estructurales y reguladoras. Dentro de las funciones estructurales es que forman parte de las membranas plasmáticas de todas las células del organismo, encontrándose localizados entre las bicapas de fosfolípidos y esfingolípidos. Dentro de las funciones reguladoras podemos mencionar su participación en la respuesta inflamatoria, en la coagulación sanguínea y en la regulación de la temperatura corporal.
A nivel de la epidermis, en el estrato córneo, son importantes para darle soporte a la matriz lipídica que sostiene a los corneocitos, pudiendo de esta forma el estrato córneo mantener su función de barrera y protección contra la presión, fricción, cizalla, humedad y calor entre otros. La carencia de ácidos grasos se manifiesta en la piel con deshidratación y descamación con pérdida de la función de barrera del estrato córneo quedando la piel vulnerable a lesiones31. En el neonato y el anciano que presentan alto riesgo de desarrollar lesiones por presión por inmadurez y envejecimiento del estrato córneo respectivamente, se han visto beneficiados con éste tipo de terapia para la piel. Por lo tanto la piel necesita de ácidos grasos para mantenerse fuerte y resistente y como señalé, los ácidos grasos esenciales deben ser incorporados al organismo a través de la dieta. Sin embargo, en muchas ocasiones el paciente hospitalizado tiene restricciones dietéticas o presenta algún grado de incapacidad para ingerir alimentos, por lo que está en riesgo de sufrir lesiones de piel. Debido a éstas circunstancias, los AGHO pueden ser aplicados directamente sobre la piel, lo que después de absorberse, pasan a formar parte de la matriz lipídica que sostiene a los corneocitos del estrato córneo, devolviéndole a la piel su fuerza y resistencia. Es importante mencionar que los ácidos grasos se encuentran hiperoxigenados y que ésta hiperoxigenación mejora el potencial de absorción transdérmico.
El ácido linoleico, es el ácido graso más importante de nuestro organismo y es el que tiene mayores implicancias médicas. Como mencioné anteriormente, está integrado entre los fosfolípidos y esfingolípidos de las membranas celulares, influyen en la respuesta inflamatoria, son potentes protectores del sistema cardiovascular disminuyendo la presión arterial y los niveles de colesterol. Son necesarios para mantener la integridad de la epidermis y de la barrera hidrolipídica de la piel y se han implicado en la proliferación y diferenciación de los queratinocitos de la epidermis. El ácido linoleico del grupo omega 6 es abundante en el aceite de girasol y se encuentra en menor cantidad en el aceite de oliva y de maíz.
Los ácidos grasos hiperoxigenados tienen las siguientes propiedades:
- Previenen la deshidratación de la piel
- Facilitan la renovación de las células epidermicas
- Potencian la cohesión celular de la epidermis
- Restauran la capa hidrolipidica
- Mejoran y promueven la renovación celular
- Mejoran la microcirculación capilar de la piel
Los ácidos grasos hiperoxigenados son compatibles con las células humanas y tienen un potente efecto hidratante sobre la piel. No son citotóxicos. Han sido incorporados en los protocolos de prevención en Chile y en el extranjero.
Se pueden aplicar directamente sobre la piel, en las prominencias óseas que se encuentran bajo presión en cada cambio de posición, una o dos gotas y un masaje suave para extenderlos sobre la piel. Son compatibles con los protectores cutáneos de silicona y con las espumas hidrofilias usados para proteger prominencias óseas. Se utilizan en prevención y tratamiento. En tratamiento, los bordes de la herida y la piel perilesional pueden mejorar su condición aplicando ácidos grasos en cada curación.
Manejo de la incontinencia y la humedad
La incontinencia es un factor de riesgo conocido para el desarrollo de úlceras por presión.
El paciente que presenta incontinencia fecal tiene un riesgo 22 veces de presentar una úlcera respecto al paciente que no presenta incontinencia fecal.
Recomendación: Valore y trate los diferentes procesos que pueden originar un aumento de humedad en la piel del paciente: incontinencia, sudoración, drenajes y exudado de una herida.
La DAI y las úlceras por presión tienen distintas etiologías pero pueden coexistir: la DAI es una lesión que avanza «de arriba hacia abajo», es decir, en la que el daño se inicia en la superficie de la piel, mientras que se cree que las úlceras por presión son lesiones «de abajo hacia arriba», en las que el daño se inicia a partir de los cambios en los tejidos blandos que se encuentran en y debajo de la piel.
Se define la dermatitis asociada a incontinencia como una respuesta reactiva de la piel a la exposición crónica de orina y materia fecal, que podría ser observada como inflamación y eritema, con o sin erosión o denudación, a nivel de la zona perineal o perigenital.
La DAI se conoce también como dermatitis perineal, dermatitis del pañal o lesiones por humedad. Provoca molestias considerables y puede resultar difícil, laboriosa y cara de tratar.
Los datos existentes sugieren que la DAI es un problema habitual en la atención sanitaria. Los estudios han calculado que presenta:
- una prevalencia (es decir, una proporción de pacientes con DAI en un momento definido) de entre el 5,6 % y el 50 %
- una incidencia (es decir, la proporción de pacientes que presentan DAI a lo largo del tiempo) de entre el 3,4 % y el 25 %.
La etiología exacta de la DAI no está clara, pero se supone que la interacción entre el aumento de la humedad superficial de la piel, el aumento del pH superficial de la piel, aumento de las cargas microbianas, proteasas fecales y lipasas y factores mecánicos como la fricción, debilitan y dañan la barrera epidérmica que conduce a la inflamación. Esta patología será profundizada en una próxima unidad.
Apósitos profilácticos y prevención de úlceras por presión
Recomendaciones:
A- Considerar la aplicación de apósitos de espuma de poliuretano hidrófila o espuma con silicona en prominencias óseas (talones, sacro, codos, maléolos etc.) para la prevención de úlceras por presión en áreas que frecuentemente están bajo fricción o roce.
En los pacientes de UCI, por ejemplo, los apósitos profilácticos están fuertemente recomendados. Los pacientes de UCI presentan mínima movilidad debido a su severa condición clínica relacionada con inestabilidad hemodinámica y muchas veces no pueden ser movilizados. Estos pacientes se encuentran intubados, bajo sedación, sometidos a procedimientos quirúrgicos, pobre circulación y con restricciones alimentarias. Todos estos factores en conjunto contribuyen al desarrollo de úlceras por presión.
En una investigación desarrollada en tres unidades de cuidados intensivos para determinar la efectividad de los apósitos profilácticos en sacro en pacientes de UCI se demostró que el apósito de sacro logró reducir la incidencia de UPP en esta localización.
Las recomendaciones del uso de apósitos para la prevención de UPP fue realizada por un grupo de expertos en prevención y tratamiento de UPP de Australia, Portugal, Reino Unido y EEUU. Esta revisión de literatura concluye que existe adecuada evidencia para recomendar apósitos profilácticos en el sacro, glúteos y talones en pacientes de alto riesgo en UCI, urgencias o pabellón.
B- Cuando seleccione el apósito de espuma deberá considerar:
- La habilidad del apósito de manejar microclima
- Fácil aplicación y retiro
- Habilidad para valorar la piel de manera regular
- La localización anatómica y el tamaño correcto
- Se deben aplicar protección especial en los talones y maléolos. Los apósitos de poliuretano han probado ser más eficaces que los vendajes almohadillados. Existen apósitos especialmente diseñados para la prevención de úlceras por presión en talones y maléolos. Son de espuma de poliuretano hidrófila y vienen con fijación propia. Su rendimiento es de 14 días cuando se utilizan en prevención.
- Se deben mantener todas las otras medidas preventivas cuando el paciente esté usando apósitos profilácticos
- Valorar la piel buscando úlceras por presión en cada cambio de apósitos al menos una vez al día y confirme si el apósito está cumpliendo su función de protección
- Reemplace el apósito si se encuentra dañado, si está desplazado o con humedad excesiva.
- Los apósitos profilácticos no niegan la posibilidad de valorar cuidadosamente la piel de manera regular. Su diseño permite valorar regularmente la piel por ejemplo los apósitos con bordes de silicona que permiten ser fácilmente levantados para valoraciones diarias rutinarias sin provocar daño en la piel.
Nutrición en prevención de úlceras por presión
La nutrición es un factor intrínseco determinante en el desarrollo de la UPP y juega un importante rol en la cicatrización de heridas. La malnutrición, la deshidratación y una pérdida reciente de peso son factores de riesgo independientes del desarrollo de úlceras por presión. El bajo IMC, la reducción en la ingesta o la incapacidad del paciente para alimentarse por si mismo son factores que deberían considerarse de alto riesgo.
Aunque aún es desconocida la ingesta óptima de nutrientes que promueva la cicatrización de heridas, el incremento en el aporte energético-calórico, proteico, de Zinc, Vitamina A y C han sido descritos como importantes para promover la cicatrización.
Existe suficiente evidencia que muestra que el soporte nutricional, principalmente de elevada carga oral de proteínas es efectivo para reducir en un 25% la incidencia de úlceras por presión. Estudios intervencionales han demostrado que suplementos nutricionales orales para tratar diversas enfermedades o un elevado aporte proteico han apoyado la tendencia de que contribuirían con la cicatrización de úlceras ya desarrolladas. Estos suplementos nutricionales están basados en cantidades definidas de arginina, vitamina C y Zinc.
Por lo tanto para prevención y tratamiento de úlceras por presión hay que abordar las deficiencias de micro y macro nutrientes. En conclusión, el soporte nutricional representa una estrategia costo-efectiva para médicos y enfermeras en prevención y tratamiento de éstas lesiones.
Valoración nutricional:
Realizar valoración nutricional en todo pacientes con riesgo de UPP o que sean portadores de UPP
- Al ingreso
- Cuando cambien las condiciones clínicas del paciente
- Cuando no se observa progreso en la cicatrización de una UPP
- Use una escala confiable para determinar el riesgo nutricional de cada paciente
- Referir a los pacientes valorados en riesgo de malnutrición o pacientes con úlceras por presión al nutricionista para una revaloración profunda de su condición.
- Valorar el peso actual del paciente y determinar pérdida de peso significativa mayor o igual del 5% en 30 días o mayor o igual al 10% en 180 días.
- Valorar la capacidad del paciente de alimentarse por si solo
- Comprobar la adecuada ingesta total de nutrientes: alimentos, líquidos, suplementos nutricionales, nutrición enteral/parenteral etc.
- Evaluar la ingesta energética, cambios no intencionados en el peso y el efecto de factores psicológicos o neuropsicológicos. Considerar las necesidades individuales de calorías, proteínas, calorías y fluidos.
Plan de cuidados nutricionales
- Desarrollar un plan de cuidados nutricionales individualizado en pacientes con o con riesgo de desarrollar UPP. Este plan puede ser desarrollado por la nutricionista en conjunto con el médico tratante, estableciendo necesidades nutricionales y vías de alimentación determinadas en la valoración nutricional previa.
- Seguir una guía de nutricional basada en la evidencia y aplicarla en pacientes con riesgo nutricional, riesgo de UPP o que presenten UPP
- Ingesta energética:
- Proveer una ingesta energética individualizada basada en la condición clínica y en el nivel de actividad
- Proporcionar 30-35 kcal/kg de peso para adultos en riesgo de UPP, con UPP y que se encuentran en riesgo nutricional
- Adecuar la ingesta de acuerdo a la magnitud del cambio de peso o nivel de obesidad. Individuos bajo peso o con pérdida significativa de peso no intencionada pueden necesitar cantidades adicionales de apórte energético.
- Revisar y modificar restricciones alimenticias cuando están limitaciones impliquen una disminución de la ingesta de alimentos y fluidos. Estos ajustes deben ser realizados en conjunto con el médico y el nutricionista.
- Si los requerimientos nutricionales no pueden ser alcanzados con la ingesta programada, proveer alimentos fortificados, suplementos ricos en proteínas entre las comidas.
Considerar nutrición enteral o parenteral cuando la ingesta oral es inadecuada
Ingesta de proteínas
- Proporcionar una adecuada ingesta proteica para lograr un balance nitrogenado positivo en pacientes con riesgo de desarrollar UPP
- Se recomienda 1.25 a 1.5 gramos/diario de proteína por kilo de peso en pacientes en riesgo de UPP y con riesgo nutricional y reevaluar si su condición clínica cambia
- Proveer elevada ingesta calórica y suplementos de proteína adicionales a la dieta en adultos con riesgo nutricional y riesgo de UPP
- Valorar función renal para asegurar que la ingesta proteica es adecuada para cada paciente
- Suplementar con proteínas, arginina y micronutrientes en adultos con UPP estadio III y IV.
Hidratación
- Proveer y estimular una ingesta diaria y adecuada de fluidos para una correcta hidratación acorde con su condición clínica y objetivos terapéuticos
- Monitorear signos y síntomas de deshidratación, incluidos cambios en el peso, turgencia de la piel, balance hídrico, elevación del sodio en sangre
- Proveer hidratación extra en aquellos pacientes con signos de deshidratación, fiebre, vómitos, sudoración profusa, diarrea o heridas muy exudativas.
Importante: Los fluidos son solventes para vitaminas, minerales, glucosa y otros nutrientes. Actúa como un transportador de nutrientes y permite la eliminación de productos de desecho del organismo. El personal de salud deberá monitorizar el estado de hidratación, comprobando signos y síntomas de deshidratación como cambios en el peso, turgencia de la piel, balance urinario etc.
Vitaminas y minerales
Proveer y estimular el consumo de una dieta balanceada rica en vitaminas y minerales
Proveer y estimular en aquellos pacientes con riesgo de desarrollar UPP vitaminas y minerales cuando la ingesta no es suficiente o se sospechan o se confirman deficiencias
Estas son algunas recomendaciones para la ingesta de proteínas, líquidos y calorías en pacientes sin y con úlceras por presión:
Cambios de posición y movilización temprana
Los cambios de posición son absolutamente necesarios para disminuir el efecto de la compresión sobre la prominencia ósea y limitar el efecto nocivo de la isquemia. Como se señaló anteriormente, la isquemia y consecuente necrosis del tejido es proporcional al tiempo en que esa prominencia sea se encuentra bajo presión. Los cambios de posición no deben ser suplantados por ninguna otra estrategia, más bien los cambios de posición son complementados por las otras estrategias ya descritas.
Recomendaciones
Movilización general para todos los individuos
1- Cambie de posición a todos los pacientes en riesgo de desarrollar UPP y a los que tienen UPP, a menos que esté contraindicado. El cambio de posición se realiza para reducir la duración y magnitud de la presión sobre áreas vulnerables y para contribuir con la comodidad, higiene y habilidad funcional del paciente.
2- Considerar la condición clínica del paciente y la superficie de soporte para redistribución de presión (colchón). Algunos pacientes No pueden ser movilizados debido a su condición crítica por lo que se debe proveer un colchón de alta especificación para prevención de UPP.
Frecuencia de los cambios de posición
1- Considerar el tipo de superficie de distribución de presión que se está utilizando para determinar la frecuencia de los cambios de posición
2- Determinar la frecuencia de los cambios de posición considerando las condiciones individuales del paciente
- Tolerancia tisular
- Nivel de actividad y movilidad
- Condición médica general
- Objetivos del tratamiento
- Condiciones de la piel
- Comodidad del paciente
3- Establecer y programar cambios de posición (maniobras de alivio de presión también incluidas)
4. Valorar regularmente la condición de la piel y la comodidad del paciente. Siempre valorar si los cambios de posición implementados se adecuan a las necesidades y comodidad del paciente
Técnicas para cambios de posición
- Cambie de posición al paciente para aliviar y/distribuir presión
- Evite posicionar al paciente sobre prominencias óseas enrojecidas
- Evite someter al paciente a la presión y fuerzas de roce
- Evite posicionar al paciente sobre dispositivos médicos como tubos, drenajes u otros
- No deje al paciente por tiempo prolongado sobre la chata u orinal
- Se recomienda posicionar al paciente en posición Fowler 30° o posición prona si el paciente lo tolera. Evitar posición en ángulo de 90°, para evitar roce o fricción en sacro
- Usar una superficie de redistribución de presión para aliviar puntos de presión sobre cara y cuerpo mientras el paciente se encuentra en posición prona
- En cada rotación del paciente en prono, valorar otros puntos de presión como tórax, rodillas, pies, genitales, clavículas, cresta iliaca y sínfisis púbica)
- Cambios de posición cada 2 a 4 horas
Cambios de posición para evitar las lesiones de talón
- Asegúrese que los talones están libres sobre la superficie de la cama. Lo ideal es que estén en suspensión: talones flotantes.
- Utilice dispositivos para elevar los talones y liberar carga de presión de tal manera que el peso de la pierna sea distribuido a lo largo de la pantorilla evitando presionar el tendón de Aquiles
- La rodilla debería estar ligeramente en ángulo de 5° a 10°
- Evitar áreas de alta presión especialmente sobre el tendón de Aquiles. Use un cojín de espuma a lo largo de la pantorrilla para elevar los talones
Resumen
Todo paciente detectado como de riesgo debe ser cambiado de posición si no hay contraindicación por su patología de base.
El periodo de tiempo entre cada cambio no debe exceder generalmente de dos horas y deberá estar definido en el plan de cuidados o historia del paciente. Los pacientes, en los que sea posible, deberán ser educados para cambiar de posición ellos mismos.
- En general se darán cambios posturales cada 2-4 horas (al menos dos por turno) a los pacientes encamados, siguiendo una rotación programada e individualizada que incluya siempre que se pueda el decúbito supino, la sedestación, el decúbito lateral izquierdo y el decúbito lateral derecho, y registrando la posición en la que se deja al paciente para dar continuidad a los cuidados (ver posiciones terapeuticas y colocación de almohadas).
- Evitar en lo posible apoyar directamente al paciente sobre sus lesiones
- En pacientes en sedestación los puntos de apoyo deberán modificarse con la misma frecuencia que en los encamados.
- Mantener el alineamiento corporal, la distribución del peso y el equilibrio.
- Evitar el contacto directo de las prominencias óseas entre si usando almohadas.
- Evitar el arrastre. Realizar las movilizaciones reduciendo las fuerzas tangenciales.
- En decúbito lateral, no sobrepasar los 30 grados.
- Si fuera necesario, elevar la cabecera de la cama lo mínimo posible (máximo 30°) y durante el mínimo tiempo.
- Usar dispositivos que mitiguen al máximo la presión: colchones de aire, cojines, almohadas, protecciones locales, etc. Sólo es un material complementario no sustituye a la movilización.
SEMP
Dispositivos estáticos: estas superficies de apoyo permanecen inmóviles salvo cuando responden al movimiento corporal y redistribuyen el peso del cuerpo desplazando el peso adicional desde las prominencias óseas hasta las zonas con baja presión. A la hora de seleccionar una superficie estática considere las siguientes características de este material: rigidez, densidad y espesor.
Dispositivos dinámicos: utilizar una superficie de apoyo dinámica si el paciente no puede adoptar diversas posturas sin cargar el peso sobre una úlcera por presión. Si el paciente comprime completamente la superficie de apoyo estática o si la úlcera por presión no muestra señales de cicatrización.
Resumen estrategias de prevención
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